Desde que Clara quedó sola en el secundario, las semanas que le toca llevar los chicos a la vecina, me toca a mi acompañarla hasta el portón, atravesando oscuridades que las luces de los celulares mucho no disipan. Antes iban juntas, las hermanas, y yo me veía privada del inmenso placer de congelarme en pijama, en unas siete menos diez de la mañana que a partir de fines de abril se asemejan un poco al polo norte y sur juntos.
Mi pedido urgente, si sos inventor, diseñador industrial o nada más genio: porfis, una bolsa de agua caliente con mangas y unas botas con linternitas, como para no amanecer pisando soretes?
Desde ya contarías con mi gratitud infinita y eterna, no sé si te sirve.
[Por suerte cuando vuelvo me esperan el primer mate y Frida, de la genia de Zime, regalito de una gran amiga]
[Anoche salimos a caminar y a ver la luna, y a la vuelta entramos las plantas que no se bancan las heladas. Si, ya!]
[El fín de semana del trabajador lo pasé trabajando, como corresponde (??) Igual con gran placer. Hoy me tomo un rato de fiaca para compensar. ]