No traigo un Yo de repuesto ni Recetas Salvavidas /Solo un Crónico lanzarme al Vacío

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Mis días en Instagram y otro mes que se nos fue

 [Ir a revolver a la feria de mi amiga y encontrarme con Jamie pasado por una inundación, pero a mi que me importa, me lo llevo encantada!]

 [Visitas que llegan a casa. Yo sugerí que estaba casi como para el puchero, pero él lo rescató y se lo llevó lejos.]

 [Temporada hilo de algodón y uñas cocoliche]

 [Precioso Simón, creciendo sin parar]

 [Las valientes, o las más piolas, siguen encargando mantitas para los pies de la cama en lana de oveja, porque saben muy bien que siempre siempre winter is coming y los precios luego suben! Y por que no banderines, agarraderas, guirnaldas o almohadones! Aproveche señora!!!]

 [Gente de la más linda que festeja su cumpleaños con asado, lemmon pie y música en vivo, entre otras cosas!]

 [Llegó la hora de las bebidas de té helado con cítricos y hierbas. Que nunca falten en la heladera! Pronto algunas sugerencias de mezclas para hacer]

 [Para limpiar me visto de La Chona y me cambio el color de las uñas. Sobre todo eso]

 [Mi jardín, desde el pozo]

 [Hijas que estrenan primavera]

 [Restos del invierno]

 [Jugué con Marina #colorsoloparami]

 [Podría haber jugado con ésta, pero la saqué después]

 [Nunca dejé de tejer banderines de todos los colores]

 [Recibí un regalo de cumpleaños exactamente tres meses más tarde. Tan linda sorpresa!]

[Sufro un poco por los desórdenes que van dejando]

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viernes, 7 de noviembre de 2014

Importantancias

¿Qué es más importante? ¿Enjuagar en la pileta de la cocina las dos palanganas de ropa en remojo que dejé temprano, o sentarme a leer el último post de Flor en el blog? Obvio que Flor. Y ni siquiera me importa que se esté viniendo una tormenta de aquellas y que la ropa, al no poder centrifugarla, no la puedo colgar adentro porque me empapa la casa. Flor hace año y medio que no escribe, y aunque hemos chateado varias veces, siempre es con interrupciones de todo tipo y siempre quedan ganas de más. Hoy nos pone al día y la ropa puede esperar. Por lo menos un rato.
Hace ya varios meses Flor viajó a la Argentina y anduvo por mi provincia. Y aunque nos separaban tan solo unos kilómetros, al final no pudimos concretar un encuentro que quedó pendiente para alguna otra vez. A pesar de eso me llegó un paquete de su parte lleno de tesoros de todo tipo. Las fotos que había sacado en ese momento para armar un post, se me borraron; me enojé, dije que las volvía a hacer, me colgué, pasó el tiempo, en fin, fue. Ahora su vuelta al blog coincide con la primavera y con el momento exacto de empezar a sembrar todas las semillas que me preparó con tanto amor y dedicación, paquetito por paquetito, con su explicación adentro, tiempo de siembra, etc. Amé tanto tanto que no se imaginan. Me mandó chauchas, porotos, flores, hierbas, calabazas y zapallos; también las famosas capuchinas, que crecen en todos lados solitas, pero a mi nunca me agarran, en fin, tenían que venir de otro continente para germinar con ganas! Y cosas que no conocía y tuve que googlear o buscar en mi biblia Seymour para ver que hacía con ellas o como se comían y terminé descubriendo delicias gastronómicas que pronto espero poder probar!
Dentro de poco voy mostrar como va la huerta y todos los intercambios de semillas espontáneos que estoy haciendo con gente cerca y otra que no tanto, gracias al correo. Me encanta saber que mi huerta está hecha con pedacitos de la energía, el amor y el trabajo que implica levantarse de madrugadas para sembrar, los cansancios desyuyando, la dedicación de alguien; y que a la vez yo soy parte de las huertas de muchas personas en el planeta.
Cuando dicen que las verduras de la huerta tienen otro gusto, tiene que ver también con eso, con el amor y la generosidad que unen atravesando el mundo.

 [Las amapolas me dijeron que las debería haber sembrado en otoño; dormí y ahora tendré que esperar]
[Perifollo, Lucia, Lucia, Perifollo, hola que tal mucho gusto!]

 [Chirivías, otra novedad y gente que ya me está pidiendo semillas cuando las coseche y asi seguimos la ronda ]

 [Altamisas y valerianas en casa]

 [Altamisas y yo]

[Altamisas y mis crocs]

martes, 4 de noviembre de 2014

Vaciar

Un día, en algún indefinido momento de este año, me di cuenta de que no estaba recibiendo los mails de una de mis cuentas. Tengo cinco, aunque una es el Yahoo que usé para abrir Flickr, o sea que no la uso para nada. Igual quedan cuatro, y hace años que las configuré para que me lleguen todas al Hotmail, porque si hay algo que odio es andar entrando y saliendo de webs para ver si llegó correo; me gusta que los correos me lleguen solos, o lo más solos que se pueda.
En fin, en ese indefinido momento, el reclamo de alguien de "te mande mail, te llegó?" fue un dato más en la autopista super congestionada de pensamientos y pendientes que es mi cerebro y lo más que llegué a hacer fue a ir a las configuraciones de Gmail, chequear que, efectivamente, no estaba andando, preguntarme cómo es posible que algo se desconfigure solo laputamadre, y cambiar el mail de contacto en el blog.
Listo. Solución parche.
Y me olvidé del tema hasta ayer, que un llamado de mi mama insistiendo para que vea esas fotos que me había mandado me volvió a la realidad, y decidí darle otra miradita al problema.
Fiel a mi estilo, o a mi falta de ganas de dedicarle tiempo a lo que no creo que lo merezca, opté por la opción breve, abrí Hotmail y lo arreglé desde ahí.
Como si fuera una re genia de la computación.
Bueno, no.
Vieron los planetas, esos grandotes y malos que no te dejan que hagas las cosas como no hay que hacerlas? Bueno, deben estar a pleno con sus energías porque lo único que logré fue un aviso de Hotmail diciéndome, nena, ponete las pilas ya.
Y al final tuve que hacer lo que no quería hacer. Salir del gmail que estaba usando, abrir el otro y encontrarme con mails no leídos desde antes de principio de año. Un amor. Y yo ni enterada!
Encontré preguntas, saludos, pedidos de trabajo, respuestas a consultas que yo había hecho, etc.
Un embole.
Una cosa llevó a la otra y me volví a Hotmail, a enfrentarme con más de 10.000 mails que me esperaban desde el año 2006, cuando abrí la librería, me compré la compu y dejé de usar, como un adicto en recuperación, mi amado Outlook Express. Aclaro que estos mails si estaban leídos, pero por misterios que desconozco, seguían ahi, guardaditos, como si fueran importantes. Como un boleto de ida al pasado.
Voy admitir con vergüenza que al principio pretendí eliminarlos uno por uno, o sea, chequeando lo que eliminaba, pero obvio que no daba, y terminé en lotes de 35, fuera, fuera, fuera!
Sobrevolé parvadas de editoriales, pedidos de libros, consultas, actualizaciones de precios, proveedores, de mi etapa de librera. Mezclado con esto, el momento en que descubrimos que Abril era celíaca y mis suscripciones a toda web sobre el tema que hubiera en aquel momento, incluidos memorables cuestionamientos a Granix y chocolates Fenix a ver por que sus productos sin gluten no eran aptos.
Trillones de chistes que me mandaba mi tía Tachi y que yo reenviaba a mi suegra hasta que descubrí que se los mandaban entre ellas.
Mis primeros pasos blogger, con el blog de la librería, que de a poco fue más personal hasta que derivó en esto. Descubrir que Chachita me leía desde esa época, igual que Ale!
Invitaciones de Sónico y Fotolog , hasta que apareció Facebook con sus notificaciones, que en ese entonces eran tan pocas que se recibían por mail y con emoción.
El inevitable reencuentro de los compañeros de colegio y escribirle en el muro "bienvenido" a cada uno que se unía. Hoy ni en pedo escribo en el muro de alguien, salvo felizcumpleañosquepasesundíarelindo. Si le tengo que decir algo va por privado.
Mi mudanza y los mails con la dueña de la casa, que vivía en Ushuaia. Las quejas.
Mis hijas empezando más seria y autosuficientemente con la computadora.
El Pet Society y enjabonar mascotas ajenas para poder tener más puntos para quien sabe que. Horas perdidas. O ganadas: mediodías acorraladas en el pequeño espacio frente a la compu, en la librería, con mis tres hijas, esperando la hora de ir al colegio, todas juntas, probandole pelucas a me olvidé como se llamaba y aplaudiendo si había golden poo. Rescatesé lo de todasjuntas que es lo que importa.
Flickr. Jackie Rueda y La Vuelta al Mundo. Luisina, Paula y Georgina. Los primeros intercambios postales, desde la adolescencia, con gente que no conocía en persona. Victoria.
Pinterst cuando nadie sabía qué era ni como se usaba.
La vuelta a casa. La felicidad absoluta. La sensación de haberme ganado el Quini6 de la vida. Miles de fotos. El blog con una presencia contundente, ya establecido sin dudas, como parte de mi vida.
Los primeros encargos de tejidos y las suscripciones a todo lo que tuviera que ver con lanas y agujas.
El B&B y muchas consultas.
Revista Mots y tal cantidad de mails que me ocuparían un pen drive entero. Bueno, tanto no. Igual esos los dejé, junto con dos mails de un ex novio, para leer más tarde una vez más. Soy canceriana al fin y al cabo.
Empecé cerca de las siete, y terminé al mediodía.
Me llevó dos termos de mate.
Quedaron 126 mails.
Terminé más liviana y con un sensación de espacio infinito.
Porque lo que no se ve también nos pesa y nos puede arrastrar hacia abajo.
Los roperos virtuales también está bueno vaciarlos.
Con gratitud.




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