No traigo un Yo de repuesto ni Recetas Salvavidas /Solo un Crónico lanzarme al Vacío

viernes, 31 de enero de 2014

Etcétera y mucho más

Vieron que durante un momento mi mayor problema fue decidirme entre todas las increíbles telas de Etcétera y lograr elegir mi agenda?
Bueno.
Con ustedes. No, perdón, conmigo...



Ya tenía otra elegida, después de arduas deliberaciones con mi amiga, mis hijas y conmigo misma, cuando vi ésta y me enamoré!
Y ahora después de un largo viaje, y gracias al marido de su creadora que se fue en el día de más calor del verano bajo el rayo del sol hasta el trabajo de Abril a llevarla, hoy está acá conmigo.
Y como vengo atrasadita casi un mes, las dejo y me voy a llenarla!

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viernes, 24 de enero de 2014

Luisina, Vero, todas y premio.

Una de las cosas más pum para arriba de la vida es que los perros anuncien la llegada del cartero y que lo que traiga no sean cuentas si no cartas. Alegría plena en formato postal! En los cincuenta metros que camino desde el portón hasta casa mirando el sobre y sonriendo muerta de ganas de abrirlo, se me disparan recuerdos, anécdotas, chats, mails, encuentros breves y largos, mates, eseoeses web y mil cosas más.
Aunque el 2013  fue medio desprolijo y lo terminamos con un par de envíos perdidos, enero me sorprendió, a pesar del paro de Correos, con varias cositas que me levantaron el ánimo hasta el infinito y más allá!


[Luisina y su postal, que llegó hace rato y guardaba para dedicarle un post entero de esos que una diagrama milimetricamente en la cabeza y luego nunca se llegan a concretar. Perdón y millones de gracias!!! Tus palabras merecen una respuesta como corresponde!!]


[Vero, la reina del Pumparaarriba, la dosis diaria de optimismo y buena onda al alcance de todas. Que todo todo lo que da y hace por los demás le vuelva hiper multiplicado!!!! GraziasGrazias! ]





[El nuevo año me trajo un premio con dos maneras de ver la vida, y yo ya sé cual elijo! De la mano de Tendenciosa me gané un sorteo y quedé con los Pájaros Volados  para siempre! Gracias Flor y Bea, ojalá nos podamos tomar esos matecitos con cedrón muy pronto las tres!]

[Éste me trajo un alegrón, creo que el primer premio que me gano. Fue el año pasado, hace meses ya, pero me quedó colgado. Para agradecer nunca nunca es tarde! El cuadrito de la foto fue parte del premio total, un sobre lleno de maravillas que atesoro y cuido para que no me roben mis hijas! Gracias Marcela!!!]


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lunes, 20 de enero de 2014

Tirarme de cabeza

Anoche me hice un favorazo y me dejé lavadito el mate. Esta mañana me lo encontré en el escurridor bien limpito y reluciente y sin ese olor a yerba del día anterior que juntan los mates sin lavar. Un detalle, pero me lo agradecí a morir y me lo sigo agradeciendo ahora que lo tengo recién cebado al lado mio.
Ultimamente es tanto el cansancio que ni eso puedo hacer.
Si hablar de plata, o de su falta, es feito, hablar de cansancios ya me cansó. Y también se está tornando feo.
Muchas veces abro blogger y me lo quedo mirando un rato largo hasta que finalmente opto por no escribir nada que ni yo misma querría leer.
Porque cuando escribo que los manteles blancos, y el agua con jabón de las plantas, y las lechugas, me hicieron el día, es cierto. Es un instante en que así lo siento de verdad y no saben cuanto agradezco esos instantes. Pero lamentablemente están rodeados de otros miles de instantes de agotamiento extremo y de tener que seguir igual sin poder ver la salida, si es que la hay.
La semana pasada mi cuerpo volvió a decir basta y terminé con un miorrelajante que me transportó a flotar por las nubes durante 24hs (cómo se nota que nunca tomo nada!) para después volver a mi realidad otra vez.
Acá estoy.
Terminé las mantitas. Tejí seis y tres cuartos, todas de dos metros por uno, y cuando terminé me puse a tejer agarraderas porque la inercia de las manos fue más grande que el cansancio de mis hombros. Y porque otras cosas también. Porque enero se va y hay que aprovechar, porque la necesidad, porque ésto y porque lo otro. Porque agobia y pesa y porque instante de alegría cuando se venden y bla bla bla.
Y en realidad yo quería contar de tirarse a la pileta.
De literal y metafórico. De salir de la zona de confort con el cuerpo y después con la acción.
De hacer cosas que nos incomoden un poco, o mejor mucho. De sacudirse. Y así, ensancharse.
Mi metáfora empezó muy literalmente hace unos días; no sé ni que día es hoy asi no me pidan exactitudes por favor.
Era el atardecer de uno de esos días de calor agobiante de antes de la tormenta y él estaba por pasar el limpiafondos por la pileta. Se me ocurrió en ese preciso momento, que nunca me había tirado de cabeza. Nunca fui a clases de natación. Aprendí a nadar sola y sin estilo definido en el Nautico de Olivos, porque amo el agua y siempre fue evidente que el medio acuático me era más natural que cualquier otro. Pero me quedé sin esos detalles tipo mortal para atrás, pecho, mariposa y demases que, por otro lado, nunca me fueron necesarios para sumergirme en la vida de manera totalmente normal.
La cosa es que ahora, con cuarenta y dos años me intrigó de pronto la idea de probar.
Me acerqué al borde de la pileta, me incliné, extendí los brazos...y sentí la enorme, con mayúsculas, sensación de NI EN PEDO! Abismo. Abismo total. Precipicio. Me caigo y me estrello contra la nada.
No me acordaba de lo irracional que podía llegar a ser a veces.
Después de diez minutos y ante la impaciencia de él, no sé cómo logré tirarme con un panzazo tal que debo haber vaciado media pileta. Igual las carcajadas valieron mucho la pena.
Probé tres veces más con resultados parecidos. Y chau.
Claramente no era el resultado lo que estaba buscando si no la experiencia. Qué se sentía. Desafiarme. Tirarme a la pileta. Literal.
Unos días más tarde llamaron para ver si Anita podía trabajar de moza en una cena show en un hotel de acá cerca y cómo ella ya tenía compromiso, me ofrecí yo.
No fue un impulso. Digamos que sabía que existía la posibilidad de que la llamaran, y sabía que ella no iba a poder. Lo venía rumiando. Podría haber contestado simplemente, no, Anita no puede, y listo. Pero era, no digo una amiga, porque la conozco hace poco, pero una persona super buena y con la que trato por otras cuestiones y tenemos una linda relación, y no quería dejarla en banda,  y también, por qué no, otro desafío. Ser moza siempre me encantó, va con mi personalidad canceriana de atender, servir, preparar el lugar para recibir, etc. Pero hace veinte años que no lo hacía, y me daba como bastante nervio. Mucho nervio. Pero sacudirme era el tema asi que fui igual. Y no pasó nada. No me estrellé con ningún fondo. No me hundí, no me ahogué. Hice mi trabajo y me volví a mi casa cansada y feliz.
Claramente, acá tampoco era el resultado lo que estaba buscando. Aunque no voy a negar que necesitaba el dinero, sé que lo que me llevó a encontrarme con esa experiencia fue la posibilidad de explorarme y de conocer otras regiones mías que no puedo conocer si no me muevo.
Acá estoy.
Literal y metafórica.
Y me muevo. Pero para donde yo quiero.
Contra la corriente.
Soy un salmón.





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sábado, 11 de enero de 2014

Siempre más sabia

Un enero festejado a fondo, inundado de amigos y parientes que vienen, toman mate, organizan cenas, almuerzos, tardes, brindis, y llenan el verano, me dejó al día de hoy, entre otras cosas, con cuatro manteles sucios y ningún lavarropas.
 Ya después de Navidad, mi tía Estela, que se estaba quedando en casa, me había enseñado su famoso y genial método para dejar todo blanco ala, consistente en palagana, remojo, jabón blanco, todo mezclado al sol y sin enjuague de ningún tipo. Al principio me pareció raro lo de no enjuagar pero bue, le hice caso y todo bien.
Asi que hoy decidí repetir la experiencia. Lo mejor de todo vino al final, cuando terminé de extender los manteles en el pasto, así como hacía la Virgen María en un cuentito de cuando yo era chica, y me encontré con una palangana llena de agua y jabón blanco. O sea, justo lo que necesito para los pulgones de mis coliflores y que venía evadiendo a causa del cansancio que arrastro. La primer alegría de mi día.
La segunda fue encontrar en mi huerta metro y medio cuadrado de lechugas brotando solitas.
Hace dos semanas o más que me estaba torturando con hacer almácigos de lechugas, porque me quedé sin, pero nunca llegaba. Y ya ven, la naturaleza se ocupa solita de hacer el trabajo cuando la tierra está bien abonada y cuidada. Porque generosa y sabia, solo hace falta relajarse un poquito, respirar hondo y saber ver con gratitud.




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martes, 7 de enero de 2014

Tapa, tapita,tapón...

Y entonces, un mediodía de lluvia y frío, descubrimos que realmente existía la palabra pelecho.

pelecho 
m. Muda de pelo de los mamíferos.
pelechar v. intr. Echar o cambiar un animal el pelo o la pluma.
Diccionario Manual de la Lengua Española Vox. © 2007 Larousse Editorial, S.L

                                                                [Gracias Diccionario]

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jueves, 2 de enero de 2014

El que depositó balance, tendrá balance

Bueno.
Ya que tanto insistieron, acá va mi balance 2013. Emocionensé mucho.
Remolachas. Lechugas. Pimientos. Albahacas. Zanahorias. Zapallitos. Perejil. Ciruelas. Espinacas. Acelgas. Ciboulettes. Cebollas. Tomates. Mentas. Peperina. Tomillo. Romero. Orégano. Burrito. Cedrón.
El resto ya dará sus frutos y será consumido en este nuevo año.
Mucho cansancio, mucho yuyo, mucha lluvia.
Ya debería tener los almácigos de las lechugas hechos, pero estoy lejos de ser perfecta.
O un robot.
Así que.
Y además creo estar en condiciones de asegurar que una cantidad descomunal de trabajo, más otra de abono, más el calendario biodinámico, dan excelentes resultados.
Me estaría faltando el temita de los anti bichos naturales y casi estoy hecha.
Si esperaban algo más, ya somos varias.
Mientras, a seguir abonando.
Y más que feliz año, les deseo un feliz y consciente día a día por el resto de su vida. De corazón.

Redundancia de fotos





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