No traigo un Yo de repuesto ni Recetas Salvavidas /Solo un Crónico lanzarme al Vacío

viernes, 29 de noviembre de 2013

Con la espalda marchita

Volver.
Porque soy tan capa de la vida que vino otro camión y volvió a tirar MI cable de teléfono y pasé el reclamo al día siguiente, pero el técnico al ver la dirección de vuelta, pensó que era de la semana anterior y que ya había venido así que nos ignoró y así y así y bueno....diez días incomunicada, otra vez.
Volver.
Porque la verdad verdadera es que mientras estuve sin compu me ocupé en mil cosas y la extrañé alguna que otra vez pero no más. Hubo tejido, huerta, Yeti Zombie, tejido, mates, caminatas, tejido, lluvia, pizzas, Amargo Obrero, tejido...Pero en el momento de reconectar la virtualidad ocurre como una avalancha mental de querer/necesitar hacer todo a la vez; todas las redes sociales, los mails, las interacciones, los chats, bla bla bla...esa vorágine odiosa que puede ser ésto a veces. Y casi que me dan ganas de ir y arrancar los cables yo misma, pero no.
Volver.
Porque estuve tejiendo unos cubre bandejas re lindos para Kuarasi Home y un pie de cama de dos metros, el primero de varios, para un lugar nuevo que ya les voy a contar, y medio que se me encimó todo y una vez más hice malabarismos para que no se note que barrí/limpié/cociné menos porque estaba ocupada tejiendo.
Volver.
Porque en realidad la espalda me duele siempre, y cuando el trabajo es placentero aporta más de lo que cuesta hacerlo. Así que no voy a dejar que nadie diga que es por tejer que no paro de girar mi cuello cada veinticinco segundos. Porque no es.


[Así quedo a veces.]

 [1,2,3.... probando]

 [Prueba namber uan, delete]

 [Mi vida por un devanador]

 [Del lado del revés]

 [Me tomo el tiempo]

 [Preparados, listos, ya! Las primeras hileras de los siguientes cinco días!]

 [Limonada salvadora. Gracias!]

 [Mi lugar de trabajo]

 [Dos metros: al infinito y más allá...]

[Ochos]
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lunes, 18 de noviembre de 2013

Caminar

Hace unos años, creo que dos, empecé a caminar. Salía todos los días salvo los domingos, y lo más temprano posible, según la época del año. Caminaba  una hora y cuarto desde mi casa por caminos de tierra en medio de las sierras y de cien veces calculo que solo tres me pude haber encontrado con algún ser humano. A veces salía con Abril, que todavía vivía en casa, y alguna otra con una amiga, pero la mayoría de las veces, sola. Mi caminata, mis pasos, mi ritmo, mi momento. Mis terquedades. Digamos que me empezó a aflorar una cosa medio de sobreexigencia que me fui al carajo...o sea, si no salía a tal hora mejor ya no salía porque todo mal. Si un día no iba, todo mal. Si no caminaba hasta las dos palmeras esas, todo mal; no contaba, no servía. Cuestión que llegó el verano, el calor, el cansancio y las ya no ganas de levantarme a las seis si mis hijas no tienen que ir al cole y terminé dejando de lado algo que me llenaba tanto y me hacía tan bien.
A veces salía, pero nunca con ritmo fijo como antes.
Y bueno, hace tres meses o más, apenas se notó que el frío ya no andaba por acá, decidí salir de vuelta pero con el desafío de combatir mis cuadradeces mentales. Para empezar me propuse salir tres veces por semana. Creo que una hora y cuarto de caminata muy rápida, con esa frecuencia, está más que bien y es más fácil de sostener en el tiempo.
Al principio salía tipo ocho, ocho y media, pero no me gusta el sol tan en contra cuando vuelvo asi que le fui jugando carreritas al amanecer y ahora salgo seis y media, justito después de darles el desayuno a las chicas y dejarlas listas para el cole.
Mi camino es ideal para practicar la adaptabilidad porque es siempre cambiante. Si llovió muy fuerte, como la última vez, se destroza y las piedras grandes se amontonan en el medio y se ven restos de ladrillos, escombros y botellas que rellenaban el camino y que lavó la lluvia y que quedaran ahi hasta que pase la máquina otra vez. Si después no llovió más, como ahora, hay sectores de arena en donde se hunden las zapatillas y que son los que más odio. Si llovió pero poco, está ideal, fresquito, verde, el suelo firme; pero no dura mucho, en seguida el calor seca todo.
 Los animales son otro tema. No sé muy bien de quien son, pero a lo largo del camino hay varios corrales que a veces tienen vacas, otras, vacas con terneros, pero capaz al dia siguiente estan vacíos y de pronto aparecen con caballos. Esta mañana por ejemplo había muchas vacas en un corral, un caballo que no paraba de relincharle a la yegua, que estaba atada enfrente y muy fuera de su alcance, y un pony asustadizo que andaba suelto en el camino. Me ha pasado de toparme con quince caballos obstruyendo el camino y tener que esperar hasta que encontraban la entrada a su campo o con vacas que me tenían mucho mucho miedo pero no me dejaban pasar. Algunas veces vi liebres y zorros cruzar muy rápido. En otro alambre tienen ovejas pero aunque no se las ve demasiado, muchas veces se escuchan los cencerros y me siento dentro de un cuento.
El viernes pasado me levanté temprano y me cambié para salir pero había refrescado tanto y sobre todo había tanto viento que arrugué y me quedé. Hace dos años la cosa hubiera quedado asi, sin ir, Porque si no salgo a esa hora se me hace demasiado tarde y no me alcanza el día y que la ropa, los platos, la huerta y el almuerzo...(???) Pero como de combatir estructuras mentales absurdas se trata, tipo diez y cuarto me decidí y salí. A las tres cuadras me topé con los evangelistas y mi mente empezó, "Ves!! gente, personas, seguro que ahora te frenan y te dan el folletito ese y  les vas a tener que explicar que sos menonita o atea o lo que sea y vas a perder el tiempo y se va a hacer re tarde..." Bueno, no...resulta que con un buendía logré pasar como si nada y callar a mi mente y disfrutar de una mañana increible, aunque la vuelta fuera once y media.
Lo mismo hoy, me venció el cansancio y después del desayuno de las chicas me volví un rato a la cama. Y salí más tarde y acá estoy! Tuve más calor pero que importa! No es el fin del mundo!
No sé muy bien por que me afloran esas estructuras tan ridículas, pero bueno, supongo que cada cual tiene sus taras y si molestan está bueno por lo menos tratar de domarlas un poco.
Y lo que recibo a cambio no tiene precio.
Caminar lo cura todo. Todo. En serio.
Yo sé por que se los digo.

 [De caminata al río una tarde después de una lluvia]





                               







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viernes, 8 de noviembre de 2013

Etcétera! Super Sorteo y Promos!

Aunque algunas nos resistamos con furia, si nos animamos a levantar la mirada un poquito y espiamos el horizonte, allá no tan lejos ya se ve el 2014! Y qué mejor que empezar un nuevo año estrenando agenda!!
Si te sentis ganadora y te gusta dejar todo en manos del azar, no dejes de participar en este super sorteo!

[Para participar en el Sorteo, click en la foto!!]

Y si sos como yo y no te aguantás más las ganas de tener alguno de los productos de Etcétera (o todos, por que no??!!), además del sorteo, tentate con estas promos espectaculares!


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miércoles, 6 de noviembre de 2013

Acá, tratando

El lunes de la semana anterior, alrededor de las once de la mañana, un camión de los tantos que ultimaménte están pasando por mi calle trasladando tierra, arena, ladrillos y demases para las tantas casas que se están construyendo en la zona, tiró, al pasar, los cables del teléfono. Si me tenía que ganar una lotería o asomarme a la ventana al grito de BINGO, el universo me conspiró con los planteas cruzados, porque la única casa de siete cuadras, que se quedo sin teléfono durante ocho días, adivinen cual fue!
Al mismo tiempo nos quedamos sin celulares, asi que todo muy extraño. Completamente incomunicados y con cero ganas de ensayar telepatías.
Esos momentos en los que lo único que necesitas es pantallita de algún tipo, los pasamos con las chicas jugando Plants vs Zombies, en especial buscando al Yeti Zombie con Clarita.  Todavía no lo encontramos, pero no perdemos las esperanzas.
Por lo demás todo sigue igual. La huerta, la cocina, los yuyos, mis caminatas corriendole al sol, las tareas de matemáticas.
Bueno, casi igual.  Estamos con una situación que me está produciendo un stress tremendo , pero me la reservo. Hablar del tema me secó el cerebro hasta un límite insospechado.
Y como de pronto y no sé como, estamos en noviembre, acá unas imágenes de los últimos días de octubre.

 [guirnaldas que ando tejiendo]

 [casa después de una lluvia]

 [Huevos de los gansos de mi vecina. Literales]
 [Tejiendo al solcito mañanero]

 [Una de mis alegrías más altas en el ranking de mis alegrías: finalmente tengo capuccinas en mi jardín!]

 [Una obra maestra absoluta, según mi humilde criterio. Gracias dios por Susanna Clarke! Tercera vez que lo leo, y cada vez es mejor.]

 [Las primeras retamas de la temporada; me las traje del río]

[Tacita de la infancia de él, devenida en azucarera de la adolescencia de mis hijas]

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